domingo, 5 de octubre de 2008

Paranoia de un día con dolor de pies.


Cientos de vidrios, muchos espejos, botellas, frascos, tarros, bombillas, lámparas. Todo desparramado por el suelo de la Tierra. Y los hombres, condenados a caminar descalzos, tratan de sonreirse mutuamente cuando se cruzan para hacerse más llevadera la pena. Pero el dolor de pies es el dolor del cuerpo entero, y cuando los pies están ensangrentados, mordidos hasta el hueso por crueles bocas transparentes duele hasta el alma.

Se cruzan constantemente y se hacen muecas abstractas de falsas sonrisas. La sangre resbala por los cristales y riega los campos. Los campos florecen de sueños gitanos de luna lunera roja de lunares blancos bata de cola roja de lunares blancos espejo blanco.

El único hiperrealista en un mundo de sueños. Los únicos humanos enteros entre muecas cubistas son el fakir, la fakira y los niños fakiritos. Muchos años antes de la condena ya vivían en el vidrio roto.

Los niños fakiritos juegan revolcandose en el vidrio, mamá fakira trabaja sonriendo franca, amablemente a todos los condenados que sólo muestran rostros de dolor eterno y envidia eterna. Papá fakir cocina estupendas ensaladas con tarros de espárragos, frascos de guisantes y de tomates..., y por supuesto, de vez en cuando, cuando piensa que se lo merece, se traga la botella de un buen coñac o del mejor wisky que puede encontrar metiendo sus prodigiosos brazos entre los vidrios rotos.

3 comentarios:

Haldar dijo...

vaya, sera que la familia "Fakir" duerme sobre camas de clavos y se baña en bañeras llenas de aceite caliente? Es una historia extraña, que me ha dejado un sabor extraño tambien, reflejado en un trozo de vidrio en mis pies.

Abrazos

Elemento dijo...

Yo en tu cuento me pido ser fakir ¿o eso se nace?

Juanjo Merapalabra dijo...

Si, quería que tuviera que ver con los cuadros abstractos, pero creo que no lo he conseguido mucho Haldar.

Jeje, elemento, tienes que practicar el sufrimiento, aunque eso se practica sin querer muchas veces.