lunes, 30 de abril de 2012

Los Bestias y su idea de Belleza

No que estás aquí. Ni que nos encontramos a menudo furtivamente, lo sé. Pero puedo imaginármelo mientras no nos une la vida. Si ya sé que yo soy ese loco tímido y temblón con pocas trazas de haberse lavado en esta semana, y tú ni siquiera vives aquí. En la realidad digo, bueno, en mi realidad. Ya sé que tu vida de gran fama y conciertos por todo el mundo te mantiene ocupada, y que sólo me puedes regalar tu voz en diferido, y tu cuerpo en la pantalla plana del ordenador. 


No que estás aquí. No en realidad, pero estás, estás. Estás. Yo siento tu voz muy dentro, y me conformo con tu sonrisa para las fotos. 

 Imagen de la red


La verdad es que no quiero que estés conmigo. En la realidad digo. Digo en mi barrio, en mi ciudad. Si nos encontrásemos me ignorarías, o si llegases a reparar en mí te repugnaría verme. No me parezco nada a tus parejas. No soy guapo, ni fuerte, ni romántico, ni hablador, ni tengo una bonita sonrisa como la tuya. Tampoco me salvan mis ojos húmedos y miopes, ni mi escaso pelo grasiento. No, no quiero que te acerques a mi realidad, prefiero traerte a mi imaginación a través de la voz, a través de las fotos. Ahí sí me dices cosas, y yo las escucho, ahí sí nos abrazamos y los dos estamos limpios. Lo que yo quiero, lo que necesito en cada momento. Sólos. Tú dentro de mí y yo. No pido más. Así es como nos quiero y así es como nos tengo.