martes, 27 de enero de 2009

Ostmán El Masháfi (muerto en el año 982)

imagen de la red


EL MEMBRILLO

Es de color amarilo, como si llevase una túnica de narciso, y huele como el almizcle de penetrante aroma.
Tiene el perfume de la amada y su misma dureza de corazón, pero tiene el color del amante apasionado y macilento.
Su palidez es un préstamo de mi palidez; su olor, es el aliento de mi amiga.
Cuando se irguió fragante en la rama y las hojas le habían tejido mantos de brocado,
extendí mi mano suavemente para cogerlo y colocarlo como pebetero en el centro de mi sala.
Tenía un vestido de pelusa cenicienta que revoloteaba sobre su liso cuerpo de oro.
Y cuando quedó desnudo en mi mano, si más que su camisa color de narciso,
me hizo recordar a quien no puedo decir, y el ardor de mi aliento lo marchitó entre mis dedos.

Este poema lo tomé de una conferencia de Rafael Alberti sobre la lírica popular.
La próxima vez que vaya a utilizar membrillo como un insulto lo pensaré dos veces.

domingo, 25 de enero de 2009

Match de improvisación en el Pay Pay

Como sé que algunos de los pocos seguidores de este blog no pudieron asistir. Aquí os dejo una de las píldoras de mi participación en el match. Habrá más porque me lo pasé muy bien y le quedan a uno ganas de repetir.


viernes, 23 de enero de 2009

Olimpiadas


Foto de la red


Aquel verano en el campo nos lo pasamos entrenando para las olimpiadas. Escuchabamos los récords de Munich y nos íbamos a correr por el campo dando saltos y brincos al límite de nuestras fuerzas y risas, y haciendo competiciones de natación y buceo en la alberca de la huerta grande.


Cuando volvimos cuatro años después, a ti te habían crecido tetas y a mi unos granos horribles en la cara y una timidez que aún me dura. Yo te escribía versos a lo Bécquer que no te daba, tu hacías coreografías de los bailes de moda con tus amigas y la Comaneci brillaba en Montreal, aunque no tanto como lo hacías tu en mis sueños adolescentes.


Dos años después te moriste de leucemia casi de repente. Así que cuando llegaron las olimpiadas de Moscú, Estados Unidos no fue y yo no acudí a verlas a la televisión. Preferí pasearme por el campo y bañarme solo en la alberca de la huerta grande para sentir la huella de unos niños que no iban a morir nunca.

lunes, 19 de enero de 2009

Acción-reacción (dos ejemplos)


1.- Me lo contó Manolo (ermelenas)

Un maestro zen llevaba una bandeja del te con la tetera y los vasos para él y sus alumnos. De repente, por la puerta abierta de la calle entró un monstruo lleno de dientes babeando y gruñendo, llenando con su olor a fiera peligrosa toda la estancia, los miró y siguió adelante. El maestro zen no cambió su semblante, siguó hasta la pequeña mesa, colocó despacio y cuidadoso la bandeja, y cuando se hubo incorporado de nuevo gritó espantado:
- Ahhhhhhhhh, un monstruo.


2.- Experiencia personal.

Me bajo del autobús con mi hijo (5 años), su primo (7 años) y mi pareja (lo único cierto sobre su edad es que son más de 30 y menos de 40 y que siempre, diga ella la edad que diga, hay que decir que parece al menos tres años más joven).

Me doy cuenta de que mi hijo baja sin chaquetón y que éste lo tiene mi pareja, así que le digo te has dejado el chaquetón en el autobús (para gastarle una broma). Mientras estoy terminando de decir esto mi pareja grita ¡Bájate del autobús! Miro, y mi sobrino de un salto se había vuelto a subir al autobús a buscar la chaqueta de su primo y justo antes de que el autobús cierre las puertas baja. Le riño para que no lo haga más y me contesta:
- Si me hubieras dicho que estabas gastando una broma no lo habría hecho. Tu eres mayor y las cosas que dices creo que son

jueves, 8 de enero de 2009

Después de un tiempo vuelvo a mojar la pluma en el tintero con el ánimo de seguir dando empujones al blog, que comience a andar.

Es para decir no.
Para decir que no me quedo callado.
Que me parece mal que maten a la gente, a esos cuya muerte vale un puñado de votos.
En Palestina los niños, los hombres, las mujeres y los débiles mueren porque se acercan las elecciones.

Lo siento. No se me da bien protestar. Y sé que la palabra es lenta para cambiar el mundo. Pero si una palabra lo creó (al principio fue el verbo), quizás también unas pocas puedan cambiarlo.

Y aunque no cambie nada, tengo que decir que no me siento parte de esas personas poco honradas que matan, que mandan matar y que callan cuando saben que eso no está bien.

No soy un héroe, pero digo que NO. No me parece bien. Y digo que eso es terror. A mi me aterrorizan las acciones de Israel.

Y también me sumo.
Un narrador ha hecho la propuesta de contar un cuento para el pueblo palestino en cada sesión de cuentos. Me sumo.