sábado, 6 de septiembre de 2008

Historia sin moraleja

Barullito se vino a vivir a Cádiz y se enganchó. Recuerdo que cuando nos dijo que había probado la heroína le echamos un broncazo y le dijimos que era peligroso, pero él contestó que sólo había sido una vez y que no lo haría más. Cuando era consumidor habitual lo que decía normalmente era que la mierda no lo controlaba a él sino que él la controlaba. Cuando era basura decía que la mierda lo mataría.

Tuvo un hijo, se casó, salió y entró y salió y entró y alrededor pasaron esas cosas que pasan...

Barullito fue a ver a mi primo Lolo cuando lo del accidente del quad. Me contó que le había dicho tú que procuras ser feliz y te cuidas por poco te matas y yo que lo llevo intentando varios años con la mierda no lo consigo.

La hermana del Barullito escribió un libro cuyo protagonista no era él, pero el personaje que estaba enganchado se le parecía, y su hermana le dedicó el libro.

Barullito terminó suicidándose como se matan en mi pueblo. Se ahorcó.


Escrútame tus ojos

Sorpréndeme la boca
Sujeta entre tus manos
esta cabeza loca;
Dame a beber veneno
el malvado veneno
que te moja los labios
a pesar de ser bueno.

Alfonsina Storni

2 comentarios:

Beatriz Montero dijo...

La historia de Barulillo y de tu primo Lolo son de las que dejan los pelos de punta y al final te encuentras haciéndote juramentos de algo que nunca has hecho ni tenías pensado hacer.

Juanjo Merapalabra dijo...

Forman parte de una serie que se llama "problemas con la realidad". Son historias reales (pasadas a la palabra escrita, claro) y reflexiones que tienen que ver con cómo vivimos y aceptamos la vida, o algo así.

Ahhh, y recuerda, nunca digas de este agua no beberé, jejejeje, espero que no, que no lo hagas. :)