viernes, 29 de mayo de 2009

Ays


Una de las cosas que he aprendido en mi corta experiencia vital, es que cuando uno está alterado mentalmente, sea por la razón que sea, debe evitar en la medida de lo posible tomar cualquier tipo de decisión, aunque esta sea aparentemente trivial. La experiencia me dice, que lo que parece buena idea en estos estados alterados de conciencia, después no lo es tanto cuando la realidad se materializa ante nuestros huesos.

Claro, hay dos problemas (al menos) en esta afirmación por la que intento regir mi vida. El primero es saber cuando está uno alterado; es claro que si me he fumado un trocolón de dos papeles, o si he participado en unas jornadas chamánicas de reflexión sobre los cuatro elementos con estados de trance incluídos (ya sé que suena raro, pero uno se mete en cada sitio...), pues no hay muchas dudas, uno sabe en todo momento que no está para casarse con la primera que vea, ni para invertir todo su dinero en comprar acciones de Herederos de Miguel de Cervantes Sociedad Sospechosa. Lo que pasa es que el caso actual es diferente, acabo de dejar de fumar, me estoy quitando como diría Camarón.

Joder, el síndrome de abstinencia provoca un estado alterado de conciencia, no necesariamente bueno, ni lúcido. No es que necesite la droga, no, tengo claro que no quiero, me apetece durante unos segundos, después deja de apetecerme y listo. Es que me cambia el caracter. Estoy más irascible, lo que antes me parecían tonterías ahora me parecen afrentas, lo que siempre me había dado igual, porque realmente es que da igual, ahora es lo más importante de la galaxia. Peor, yo que siempre he sido un incontinente verbal, ahora estoy más hablador, ¿se imaginan lo que debe ser estar a mi lado? Como tengo un estado de ansiedad permanente, quiero hacer mil cosas y las empiezo todas (todavía no he acabado ninguna). Pero esto es lo que uno sabe, que el estado es alterado y no debe tomar decisiones con esta ansiedad encima. Lo malo es que no siempre se manifiesta la ansiedad de la misma manera, o no siempre me acuerdo. Lo malo es que algunas veces creo que estoy en condiciones de tomar las decisiones que hagan falta. Es como esa gente que con dos copas de más creen que están más alerta y conducen mejor. En fin, esto es el primer problema que veo.

El segundo, no todas las decisiones pueden esperar a que me haya tomado una tila. Me imagino que estarán pensando, tio eres un exagerado, lo ves, el estado de ansiedad, que me hace exagerar las cosas, y en realidad todo puede esperar aunque no eternamente, y quien me dice a mi que entre calmante y calmante no hay una eternidad y el mundo se vuelve en contra de los buenos, y ya estoy otra vez con la incontinencia y con la ansiedad y con el puto síndrome de la nicotina esa que tiene nombre de máquina de coser y que me callo hasta más reflexiones o más historias si es que soy capaz de quitar las manos del teclado y respirar profundamente y no me hagan mucho caso que todo son paranoias....

La imagen es cogida de mcrueda.blogspot.com

1 comentario:

maray dijo...

Lo sé. Tuve una sindrome así nueve años atrás. Tambien dejé el fumo o el dejó a mi, no sé. Pasé a comer cinco manzanitas verdes por dia, toda vez que no aguantava la necesidad de nicotina. No sé que tendrá una manzana verde a ver con nicotina, pero abrandava mis sontomas. Conozco algunos que "fuman" zanahorias. Algo habrá en esas cosas, que sé yo..
De toda manera, lo que te puedo decir es que eso pasa. Todo pasa.
Lleva unas dos semanas atormentando a todos, despues menos hasta só continuar atormentando a si mismo. Lo que puede ser un progreso o no. Tampoco sé eso.