martes, 11 de agosto de 2009

Aproximaciones al agua II

Tengo las neuronas encharcadas, llueve en mi cerebro que se quiere liquificar (si se puede decir así), y claro al verme la cabeza empantanada pienso en aprovechar el agua, que escasea y no se puede desperdiciar, pero no estoy acostumbrado a tener pensamientos líquidos, aunque a veces me parece que son incoloros e insípidos y en esto sí que se parecerían al agua, al menos a la definición, porque la sale del grifo de mi casa no es así. Me imagino que el agua de mi cabeza también está contaminada de pensamientos, y quizás los pensamientos pueden hacer florecer alguna planta acuática en mi cabeza, no sé, los nenúfares esos de los que hablan los poetas, y que se posaran sobre ella los insectos esos que veo en las aguas estancadas que pueden caminar sobre el agua. Porque el agua de mi cerebro está estancada, no se mueve, no tiene cascadas ni torrentes, ni cae como lluvia de verano sobre mi corazón de arena. En fin, si fue en el agua donde comenzó la vida en la tierra, tal vez este agua encefálica sea capaz de generar alguna idea de vez en cuando. Hasta entonces...

3 comentarios:

maray dijo...

hidrocefalia, che?!
Por acá lo que tengo es agua en el alma. Llueve sin parar. Me voy poniendo gris y en seguida verde. Un poco más y la lluvia hará de mi un gusano blando.
La comunion con la natulaleza debia tener limites, supongo. Pero no.

Microalgo dijo...

Verá como con un poco de sol florece Usted, Maray.

Y Usted, Gorrión, debería cambiar de camello. Lo último que le ha pasado es tela de chungo.

Un abrazo.

Juanjo Merapalabra dijo...

Estoy con don micro maray. En cuanto, a lo del camello, je, sólo abro puertas por las que hasta ahora me daba miedo pasar, y esto es lo que se ve a veces, no sé quizás alguna debiera mantenerse cerrada. Escribir también es abrir esas puertas para ver su contenido. Creo.