martes, 25 de noviembre de 2008
Soledades
Entró solo en la casa, y desplomó en el sofá con un suspiro sonoro que nadie escuchó. Unos minutos después se levantó y se quitó el abrigo, dejó las llaves y volvió al sofá. Se envolvió en la manta de viaje y puso la tele con el mando a distancia. La voz de las noticias llenó la habitación durante unos segundos, después anuncios, después un programa concurso, después un fragmento de película..., y así fue pasando canales sin prestar atención hasta quedarse dormido. Cuando despertó eran las tres de la mañana y la tele seguía parloteando ajena a su propia soledad. La apagó y se acostó en su cama solo. Antes de quedarse dormido se dijo "mañana será otro día", y otra voz en su interior le contestó: "y seguirás solo".
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4 comentarios:
Cállese, mardita zea.
Nuestro proverbio" antes só do que mal acompanhado" puede ser un consuelo en estas horas.
Yo que el desligaria la TV.
valiente interior, que puñetero...
Jeje, microalgo, que sus noches están llenas de música y compañía en muchas ocasiones, estas serán las menos.
maray, aunque aquí también tenemos ese proverbio, y yo lo aplico, más de una vez me he sentido así, la soledad elegida no siempre es ideal.
elemento, eso es lo que tiene el interior, que es mu puñetero.
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