domingo, 13 de julio de 2008

EPITAFIO A UNA DUEÑA

Fue más larga que paga de tramposo,
Más gorda que mentira de indiano,
Más sucia que pastél en el verano,
Más necia y presumida que un dichoso;

Más amiga de pícaros que el coso,
Más engañosa que el primer manzano,
Más que un coche de alcahueta; por lo anciano,
Más pronosticadora que un potroso.

Más charló que una Azuda y una Aceña,
Y tuvo más enredos que una araña;
Más humos que seis mil hornos de leña.

De mula de alquiler sirvió en España,
Que fue buen noviciado para dueña,
Y muerta pide, y enterrada engaña.


Francisco de Quevedo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y luego dicen de la nueva literatura... hasta que no se lean a Quevedo, a ver quien es capaz de decir algo que no se haya dicho.

Thanks, Maese Gorrión.