martes, 21 de julio de 2009

Aproximaciones al agua I


Aquella tarde en el campo nos llovió, hicimos el amor bajo la lluvia y después nos refugiamos bajo un arbol, tus ojos, los mios, los ojos del mundo sólo nos miraban a nosotros. El amor fue eterno esa tarde, las promesas parecían juramentos irrompibles y cuando volvimos a ver el cielo despejado era más azul que nunca. Es por eso que en este desierto de amor me ducho vestido y aunque me asomo a la ventana aún empapado el cielo siempre está gris.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno, me impactó la síntesis, la fuerza y la nostalgia.
Gracias.