lunes, 13 de abril de 2009

Alrededor de la muerte


Cuando dijo lo de morir de pie no pensaba que iban a tardar tanto en matarlo. Tenía los pies hinchados y aún no había aparecido nadie para matarlo. Podía haber dicho que prefería seguir sentado mientras decidían cómo lo mataban. Pero como lo único que sabían era que iba a morir de pie ahí estaba, de pie, esperando. Y para colmo mandaron un mensaje a los superiores y ese día no llegó respuesta. Lo dejaron de pie por si llegaba la orden de matarlo de inmediato. Cuando el verdugo por fin llegó al amanecer y le puso la pistola en la nuca, no sentía los pies y tenía tanto sueño que parecía borracho. Vaya manera más indigna de morir la suya. Y todo por una frase que había leído en un cartel.

5 comentarios:

maray dijo...

é o que acontece a quem segue as palavras "ao pé da letra" como dizemos aqui...:)

Microalgo dijo...

Pero el Ché no dijo nada de morir tumbado. Durmiendo es lo suyo, no me diga...

Un abrazo, jefe.

Enrique Páez dijo...

Felicidades por tus muertitos. Ya sabes cómo me gustan :)

Beatriz Montero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Beatriz Montero dijo...

Repito el comentario que me había comido varias palabras con las prisas. Decía que:

Pobre hombre, menuda espera más angustiosa. Me gustó esta muerte y que le llegara estando borracho de cansacio.