jueves, 7 de febrero de 2013

De la educación

He visto el programa de Jordi Évole sobre educación y en principio me pareció un poco simple. Sobre todo el análisis de la educación en España. Con todo, estoy de acuerdo en muchas de las cosas que se dijeron, pero que creo que fueron pocas y las que fueron no estuvieron suficientemente explicadas. Desde luego, lo de que no pueden cambiar las leyes sobre educación cada cuatro años está tan claro que no necesita ningún tipo de explicación, es algo lógico.

La comparación de la educación con Finlandia me pareció que no había lugar. La sociedad finlandesa es completamente diferente. Pero claro, uno no puede evitar que se le pongan los dientes largos. Tampoco puede uno evitar pensar que hay cosas que uno podría aplicar también aquí. Pero no todo. Y algunas de las cosas que se dijeron... Lo de la nota mínima por ejemplo. No se explica cómo se elige la nota. En España, o en Andalucía al menos, la nota de corte no tiene nada que ver con lo difícil que sea la carrera sino con la gente que solicita entrar en ella. Así hay carreras muy difíciles cuya nota mínima es un cinco. Y hay carreras cuya salida laboral es jugosa y tienen nota de de corte de nueve.


En fin, yo veo como mis compañeros de claustro se preocupan día a día por que los chicos aprovechen las clases y por ver cómo mejoramos. Pero también los veo día a día quejarse. Quejarse del número de alumnos por clase, quejarse de la cantidad de papeleo que tienen que hacer, de la cantidad de horas lectivas (de clase con los alumnos), de los medios limitados.

Bueno dijeron que en un claustro de 86 profes, 15 eran de apoyo. Eso en secundaria, en Andalucía, es impensable. Del mismo modo que parece impensable que la sociedad esté tan implicada en la educación como lo está en Finlandia. Es impensable de momento. Pero las cosas empiezan a cambiar a partir de las preguntas, y a partir de buscar respuestas.

En fin, el camino será largo, aunque al menos creo que ya dimos el primer paso.


1 comentario:

Microalgo dijo...

Sí a mí también me ha decepcionado un poco. Pero el semáforo finlandés me ha parecido la leche.