lunes, 20 de enero de 2014

Solo a veces

A veces conviene echar la vista atrás. Desandar una parte del camino para asomarse a los acantilados ya escalados, para sorprenderse con las elecciones que se hicieron en los cruces de caminos. Para darse cuenta de que aquel que eligió, aquel aventurero arriesgado, aquel caminante que no miraba atrás y que nos trajo hasta aquí, ya no somos nosotros. Ese que es la causa de dichas y diretes, ese que recordamos fue, pero no es. Quienes nos sentamos aquí delante le debemos cosas. 

Todo. 

Pero esa mirada al pasado infinito, ínfimo por culpa de la memoria, es sólo para recargar pilas, para tomar impulso, para hacer nuevas huellas sobre caminos aún no caminados, no encontrados. Ese parar, volver, mirar por encima del hombro, es en realidad otro paso hacia adelante. Como poner otro pilar sobre el que seguir construyendo una vida contada, imaginada, que no llega a ser verdad porque es de palabras.

1 comentario:

Microalgo dijo...

¡No, otra Pilar no!

Ah, que ha dicho "otro" pilar. Huy. Perdone. Tonto estoy.