domingo, 10 de abril de 2011

Ruta del 27 II

DIA 2. El Puerto de Santa María, Alberti, un siglo de vida, de fotos, de lucha, de revolución, de juego con la pintura y la poesía. La esperanza de comer en la playa. Esperanza digo, porque el viento de levante no dejó a los niños prácticamente ni acercarse a la mar. Ellos se quedan sorprendidos, y empieza su primera tarea: con las palabras de la liricografías y una que añaden, realizar su propio poema. Mientras, seguimos leyendo, y leyendo poemas, en el cole de las rabonas de Alberti, en el parque de los Toruños, entre los pinos. Me quedo con la voz de los chavales leyendo, con el olor a mar y a pino, con el vuelo de las gaviotas. Fotos, Alberti tiene fotos con todo el siglo XX.

En el Puerto copiando palabras para hacer poemas

El mar. La mar

El Mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre,

a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste del mar?

En sueños, la marejada

me tira del corazón.

Se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste acá?

Rafael Alberti

DIA 3.- Día largo, con muchas horas de autobús, salimos de Sevilla, dormimos en Granada, pero la ruta para en Málaga, Alexandre, Altolaguirre, Emilio Prados, la fundación del 27.

Uno de los lugares que más impresionó a los chavales, la Fundación del 27, y sobre todo la imprenta donde todavía trabaja un señor que podría ser el último mohicano. Sí, la imprenta funciona, sí aún se realizan libros ahí, sí lo que tu impresora tarda quince minutos en hacer aquí son dos meses de trabajo a ocho horas diarias. Los chicos se quedaron francamente impresionados. La Alcazaba malagueña contempló unos poemas, de unos chicos todavía boquiabiertos por lo que habían visto.

Leyendo ante el mar, con la Alcazaba detrás


CIUDAD DEL PARAÍSO

Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos.

Colgada del imponente monte, apenas

detenida en tu vertical caída a las ondas

azules, pareces reinar bajo el cielo, sobre

las aguas, intermedia en los aires, como si

una mano dichosa te hubiera retenido, un

momento de gloria, antes de hundirte para

siempre en las olas amantes.

Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar

suspira o brama por ti, ciudad de mis días

alegres, ciudad madre y blanquísima donde

viví, y recuerdo, angélica ciudad que, más

alta que el mar, presides sus espumas.

Vicente Alexandre

Esa noche, en clave teatral, los chicos representaron a su manera, y según su visión la vida de las poetisas del 27. Gracias a las guías y a la ruta por no olvidarlas, y por darles al menos una noche de creatividad en la ruta.

DIAS 4, 5, 6, SIEMPRE GRANADA, LORCA, GRANADA, GRANADA.

Cambio de albergue nuevo reparto de habitaciones, los chicos ya son amigos, y en los comedores ya no se les ve divididos por pueblos sino por afinidades. Alguno y alguna se acuerda mucho de su madre a la hora de comer...


ES VERDAD


¡Ay que trabajo

me cuesta

quererte como te quiero!

Por tu amor me duele el aire,

el corazón

y el sombrero.


¿Quién me compraría a mí

este cintillo que tengo

y esta tristeza de hilo

blanco, para hacer pañuelos?


¡Ay qué trabajo me cuesta

quererte como te quiero!

García Lorca

Los lugares relacionados con la vida y la muerte de un poeta, el lugar donde se escondió, el lugar de donde salieron a buscarlo, imaginaos todo esto lleno de coches de guardias armados para detener a un poeta. El Albaicín, mirando a la Alhambra, todavía triste bajo las cuevas del Sacromonte por la muerte de un flamenco y Granada, siempre Granada.

En el Albaicín, leyendo sus propios poemas


Víznar, el barranco de la muerte, el parque de Lorca, el lugar donde se creía, el lugar donde están enterrados miles de personas de la guerra civil. Para mí, dos de los momentos más emocionantes de la ruta. Elegía a Federico que comienza ¿dónde estás Federico...? Los niños se reparten por el parque a escribir en pequeños grupos su elegía a Federico.

Escribiendo la elegía ¿Dónde estás Federico...


El momento de los llantos, del hermanamiento, nos pidieron a todos, porque todos somos Lorca, que no repitamos lo que pasó, que nos levantemos, nos abracemos, y allí donde están las flores, donde vienen los parientes de los que murieron, los admiradores de la poesía, los flamencos, allí donde está la placa que dice que todos somos Lorca, nos abrazamos y lloramos, y lloraron a moco tendido abrazándose todos los chic@s, incluso los más duros, todos, todos lloraron, lloramos, y leyeron frente a las flores su elegía a Lorca, ¿dónde estás Federico...


Valderrubio, la casa de Frasquita (Bernarda) Alba, cerrada acal y canto, como en la obra, y la casa donde pasó mucho tiempo, muchas charlas, muchos veranos. La casa de Valderrubio, como antes, como siempre, de Andalucía profunda, los chicos estuvieron leyendo, haciendo pequeñas partes de la obra de Lorca en la antigua cuadra convertida en pequeño teatro.


Leyendo teatro en la casa de Lorca en Valderrubio

TODO TERMINA en llantos y abrazos, los chicos tienen la seguridad de que han hecho amigos, y yo siento que se han acercado de verdad a la poesía, que han tenido la experiencia de fabricarla y de que han sentido la experiencia del camino, del caminante de Machado, tengo la seguridad de que han aprendido a dar los primeros pasos para hacer camino al andar. Y me pregunto, si hacer que lo chic@s tengan la experiencia de la poesía, si haber acercado a los que vienen a la palabra viva de los poetas y haberlos hecho poetas por unos días no será una forma de hacer la revolución.

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